Región Andina: Digitalización de los pagos e inclusión financiera

La pandemia significó una bisagra para la Región Andina en muchos sentidos. Bolivia, Ecuador y Perú encaminan la recuperación de su economía y el tejido social con nuevos gobiernos, mientras Colombia intenta reconstruir consensos tras duros meses de protestas. Los cuatro países forman una de las comunidades más dinámicas y pujantes de América Latina por sus lazos culturales, estabilidad económica y, aunque con contratiempos, progreso en los estándares de vida.

Durante la pandemia quedaron a la vista tanto las deudas pendientes de la región como sus fortalezas y su potencial: la tecnología fue un aliado clave para que millones de personas pudieran seguir trabajando, estudiando y estar en contacto con sus afectos. En el comercio, soluciones como las de Mercado Libre, Rappi en Colombia o VendeMás en Perú les permitieron a comercios y emprendedores seguir vendiendo, y a los clientes seguir comprando. Este tipo de soluciones ya forman parte de la “nueva normalidad” en la vida de muchas personas que no habían tenido acceso a las finanzas digitales o el comercio digital. Estas herramientas también serán fundamentales para la recuperación de la economía una vez que avance la campaña de vacunación. La digitalización de los pagos y el resto de los servicios financieros implica inclusión financiera, aumento de la inversión, modernización tecnológica, mayor transparencia y nuevas oportunidades de negocio.

El interés de las grandes compañías internacionales en la Región Andina es mayúsculo. Un ejemplo es Visa, que en junio de 2021 alcanzó un 25% de adopción en pagos con tecnología sin contacto en América Latina. Chile es el país con mayor adopción y lo siguen Perú y Colombia, ambos con más del 40% de penetración. En junio de 2019, el share de esta tecnología en el parque de tarjetas de la región era de apenas 4%, y este salto se dio no solo por el cambio en los hábitos y costumbres de los usuarios sino por la inversión y esfuerzo de los bancos, las marcas de tarjeta y un grupo de compañías innovadoras que conforman el ecosistema fintech.

Una de ellas es Geopagos, la empresa que desarrolla soluciones digitales de pagos para los diferentes players de América Latina. Esta empresa fue pionera en la introducción de los puntos de ventas móviles (mPos) y fue una de las elegidas por Visa para implementar la tecnología Tap To Phone. A mediados de 2020 estuvo detrás del debut en América Latina de esta nueva modalidad que convierte a un smartphone en una terminal de pagos con tarjeta. La solución fue lanzada por VendeMás, el principal agregador de pagos de Perú, la división de negocios para el público masivo de Niubiz. “Fue un proyecto muy ambicioso y desafiante junto con Visa y Vendemás. Un gran logro para la compañía y para nuestros partners”, dice Arturo Ramos, business head de Geopagos para la Región Andina. “Tap To Phone muestra el interés no solo de Geopagos sino de las principales compañías en la región y las oportunidades que abre la digitalización y la inclusión financiera”. Con más de 25,000 comercios afiliados, VendeMás lidera en el mundo la habilitación de Tap to Phone de Visa.

El ecosistema fintech de la región andina crece a pasos agigantados. A la vanguardia sin dudas está Colombia, que ya cuenta 322 compañías dedicadas a la tecnología aplicada en finanzas, solo detrás de México y Brasil dentro de la región. En Perú, ya son 77, y en Ecuador, 34. En Bolivia, el sector fintech es todavía más incipiente, pero la digitalización de los pagos en un país con una de las poblaciones más jóvenes de la región y un ingreso per cápita que ha ido en ascenso durante los últimos 20 años es muy prometedora. Un ejemplo es RedEnlace, la compañía de pagos que durante 2020 apostó fuertemente al ecommerce y la digitalización, también asociada a GeoPagos.

Además de las fintech, la transformación digital de los bancos también está abriendo nuevas oportunidades para sus clientes y sobre todo para los comercios, que necesitan dejar de depender del efectivo. “Un negocio que hoy no tiene un medio de pago para aceptar tarjetas pierde entre un 20% y un 30% de sus ventas. Dicho de otra manera: quien tiene un método de pago digital puede incrementar sus ventas en un 30%, solo con ese cambio”, explica Arturo Ramos. “Esto presenta una enorme oportunidad para los bancos, quienes luego pueden hacer cross selling de otros productos. Pueden aumentar el número de cuentas y el flujo, para luego generar un score de riesgo y ofrecer créditos. Los comercios lo necesitan y los bancos tienen la estructura para ofrecerlo. Solo necesitan dar el salto hacia la innovación”, agrega.

La penetración del efectivo, que en algunas zonas de la Región Andina supera el 90% -especialmente en las áreas rurales-, es una barrera para el acceso a servicios financieros, pero también a los servicios digitales, que definitivamente forman parte de la vida cotidiana. Desde Netflix hasta los videojuegos, pasando por herramientas de software para el estudio y el trabajo, la posibilidad de acceder a ellos será determinante en la calidad de vida de las personas. El crecimiento de las fintech y la aceleración de la digitalización de los pagos también tiene que ver con esta dimensión de la vida moderna. La Región Andina está en camino para alcanzarla.